4
Entonces Hanán tomó los siervos de David, y rapólos, y cortóles los vestidos por medio, hasta las nalgas, y despachólos.
5
Fuéronse pues, y dada que fué la nueva á David de aquellos varones, él envió á recibirlos, porque estaban muy afrentados. E hízoles decir el rey: Estaos en Jericó hasta que os crezca la barba, y entonces volveréis.
6
Y viendo los hijos de Ammón que se habían hecho odiosos á David, Hanán y los hijos de Ammón enviaron mil talentos de plata, para tomar á sueldo carros y gente de á caballo de Siria de los ríos, y de la Siria de Maachâ, y de Soba.
7
Y tomaron á sueldo treinta y dos mil carros, y al rey de Maachâ y á su pueblo, los cuales vinieron y asentaron su campo delante de Medeba. Y juntáronse también los hijos de Ammón de sus ciudades, y vinieron á la guerra.
8
Oyéndolo David, envió á Joab con todo el ejército de los hombres valientes.
9
Y los hijos de Ammón salieron, y ordenaron su tropa á la entrada de la ciudad; y los reyes que habían venido, estaban por sí en el campo.
10
Y viendo Joab que la haz de la batalla estaba contra él delante y á las espaldas, escogió de todos los más aventajados que había en Israel, y ordenó su escuadrón contra los Sirios.
11
Puso luego el resto de la gente en mano de Abisai su hermano, ordenándolos en batalla contra los Ammonitas.
12
Y dijo: Si los Siros fueren más fuertes que yo, tú me salvarás; y si los Ammonitas fueren más fuertes que tú, yo te salvaré.
13
Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le pareciere.
14
Acercóse luego Joab y el pueblo que tenía consigo, para pelear contra los Siros; mas ellos huyeron delante de él.