28
Tributad al SEÑOR, oh familias de los pueblos, tributad al SEÑOR gloria y poder.
29
Tributad al SEÑOR la gloria debida a su nombre; traed ofrenda, y venid delante de El; adorad al SEÑOR en la majestad de la santidad.
30
Temblad ante su presencia, toda la tierra; ciertamente el mundo está bien afirmado, será inconmovible.
31
Alégrense los cielos y regocíjese la tierra; y digan entre las naciones: El SEÑOR reina.
32
Ruja el mar y cuanto contiene; regocíjese el campo y todo lo que en él hay.
33
Entonces los árboles del bosque cantarán con gozo delante del SEÑOR; porque viene a juzgar la tierra.
34
Dad gracias al SEÑOR, porque El es bueno; porque para siempre es su misericordia.
35
Entonces decid: Sálvanos, oh Dios de nuestra salvación, y júntanos y líbranos de las naciones, para que demos gracias a tu santo nombre, y nos gloriemos en tu alabanza.
36
Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, desde la eternidad hasta la eternidad. Entonces todo el pueblo dijo: Amén; y alabó al SEÑOR.
37
Y dejó allí, delante del arca del pacto del SEÑOR, a Asaf y a sus parientes para ministrar continuamente delante del arca, según demandaba el trabajo de cada día;
38
y a Obed-edom con sus sesenta y ocho parientes; a Obed-edom, también hijo de Jedutún, y a Hosa como porteros.