2
Y cuando David hubo acabado de ofrecer el holocausto y los pacíficos, bendijo al pueblo en el nombre del SEÑOR.
3
Y repartió a todo Israel, así a hombres como a mujeres, a cada uno una torta de pan, y una pieza de carne, y un frasco de vino .
4
Y puso delante del arca del SEÑOR ministros de los levitas, para que recordasen, y confesasen, y loasen al SEÑOR Dios de Israel:
5
Asaf era el primero, el segundo después de él Zacarías, Jeiel, Semiramot, Jeiel, Matatías, Eliab, Benaía, Obed-edom, y Jehiel, con sus instrumentos de salterios y arpas; y Asaf resonaba con címbalos;
6
y Benaía y Jahaziel, sacerdotes, continuamente con trompetas delante del arca del pacto de Dios.
7
Entonces, en aquel día, dio David principio a confesar al SEÑOR por mano de Asaf y de sus hermanos:
8
Confesad al SEÑOR, invocad su nombre, haced notorias en los pueblos sus obras.
9
Cantad a él, cantadle salmos; hablad de todas sus maravillas.
10
Gloriaos en su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan al SEÑOR.
11
Buscad al SEÑOR y su fortaleza; buscad su rostro continuamente.
12
Haced memoria de sus maravillas que ha obrado, de sus prodigios, y de los juicios de su boca,
13
oh vosotros , simiente de Israel su siervo, hijos de Jacob, sus escogidos.
14
El SEÑOR, él es nuestro Dios; sus juicios, en toda la tierra.
15
Haced memoria de su alianza perpetuamente, y de la palabra que él mandó en mil generaciones.
16
La cual él concertó con Abraham, y de su juramento a Isaac;
17
la cual él confirmó a Jacob por estatuto, y a Israel en pacto eterno,
18
diciendo: A ti daré la tierra de Canaán, cuerda de vuestra herencia;
19
siendo vosotros pocos hombres en número, y peregrinos en ella.
20
Y anduvieron de nación en nación, y de un reino a otro pueblo.
21
No permitió que nadie los oprimiese; antes por amor de ellos castigó a los reyes.
22
No toquéis, dijo, a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas.