18
diciendo: A ti daré la tierra de Canaán, cuerda de vuestra herencia;
19
siendo vosotros pocos hombres en número, y peregrinos en ella.
20
Y anduvieron de nación en nación, y de un reino a otro pueblo.
21
No permitió que nadie los oprimiese; antes por amor de ellos castigó a los reyes.
22
No toquéis, dijo, a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas.
23
Cantad al SEÑOR, toda la tierra; anunciad de día en día su salud.
24
Declarad entre los gentiles su gloria, y en todos los pueblos sus maravillas.
25
Porque grande es el SEÑOR, y digno de ser grandemente loado, y de ser temido sobre todos los dioses.
26
Porque todos los dioses de los pueblos no son nada; mas el SEÑOR hizo los cielos.
27
Potencia y hermosura están delante de él; fortaleza y alegría en su morada.
28
Atribuid al SEÑOR, oh familias de los pueblos, atribuid al SEÑOR gloria y potencia.