2
Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada.
3
Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso.
4
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso.
5
No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.
6
El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad.
7
Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8
El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá.
9
Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta;
10
pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá.
11
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño.
12
Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido.