18
Y él respondió: No es alarido de respuesta de fuertes, ni alarido de respuesta de flacos; alarido de cantar oigo yo
19
Y aconteció, que cuando llegó él al campamento, y vio el becerro y las danzas, el furor se le encendió a Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte
20
Y tomó el becerro que habían hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel
21
Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado
22
Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado al mal
23
Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros, que a este Moisés, el varón que nos sacó de tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido
24
Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro? Apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro
25
Y viendo Moisés que el pueblo estaba desnudo, porque Aarón lo había desnudado para vergüenza entre sus enemigos
26
se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién es del SEÑOR? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví
27
Y él les dijo: Así dijo el SEÑOR Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente
28
Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres