11
porque en seis días hizo el SEÑOR los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto el SEÑOR bendijo el día del sábado y lo santificó
12
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean alargados sobre la tierra que el SEÑOR tu Dios te da
13
No cometerás homicidio
14
No cometerás adulterio
15
No hurtarás
16
No hablarás contra tu prójimo falso testimonio
17
No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo
18
Todo el pueblo consideraba las voces, y las llamas, y el sonido de la trompeta, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos
19
Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, que nosotros oiremos; y no hable Dios con nosotros, para que no muramos
20
Entonces Moisés respondió al pueblo: No temáis; que para probaros vino Dios, y para que su temor esté en vuestra presencia para que no pequéis
21
Entonces el pueblo se puso de lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios
22
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros
23
No hagáis junto a mí dioses de plata, ni dioses de oro os haréis
24
Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en cualquier lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi Nombre, vendré a ti, y te bendeciré
25
Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería; porque si alzares tu pico sobre él, tú lo ensuciarás
26
Y no subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no sea descubierta junto a él