11
y estén apercibidos para el día tercero, porque al tercer día el SEÑOR descenderá, a ojos de todo el pueblo, sobre el monte de Sinaí.
12
Y señalarás término al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis a su término; cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá.
13
No le tocará mano, porque será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá. En habiendo sonado largamente la trompeta, subirán al monte.
14
Y descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos.
15
Y dijo al pueblo: Estad apercibidos para el tercer día; no lleguéis a mujer.
16
Y aconteció al tercer día cuando vino la mañana, que vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y un sonido de trompeta muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el real.
17
Y Moisés sacó del real al pueblo a recibir a Dios; y se pusieron a lo bajo del monte.
18
Y todo el monte de Sinaí humeaba, porque el SEÑOR había descendido sobre él en fuego; y el humo de él subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremeció en gran manera.
19
Y el sonido de la trompeta iba esforzándose en extremo: Moisés hablaba, y Dios le respondía en voz.
20
Y descendió el SEÑOR sobre el monte de Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó el SEÑOR a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió.
21
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Desciende, requiere al pueblo que no traspasen el término por ver al SEÑOR, porque caerá multitud de ellos.
22
Y también los sacerdotes que se llegan al SEÑOR, se santifiquen, para que el SEÑOR no haga en ellos estrago.
23
Y Moisés dijo al SEÑOR: El pueblo no podrá subir al monte de Sinaí, porque tú nos has requerido diciendo: Señala términos al monte, y santifícalo.
24
Y el SEÑOR le dijo: Ve, desciende, y subirás tú, y Aarón contigo; mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el término por subir al SEÑOR, para que no haga en ellos estrago.
25
Entonces Moisés descendió al pueblo y habló con ellos.