2
Habla ahora al pueblo, y que cada uno demande a su vecino, y cada una a su vecina, vasos de plata y de oro
3
Y el SEÑOR dio gracia al pueblo en los ojos de los egipcios. También Moisés era gran varón en la tierra de Egipto, delante de los siervos del Faraón, y delante del pueblo
4
Y dijo Moisés: El SEÑOR ha dicho así: A la medianoche yo saldré por en medio de Egipto
5
y morirá todo primogénito en tierra de Egipto, desde el primogénito del Faraón que está asentado en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está tras el molino; y todo primogénito de las bestias
6
Y habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto, cual nunca fue, ni jamás será
7
Mas entre todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua: para que sepáis que hará diferencia el SEÑOR entre los egipcios y los israelitas
8
Y descenderán a mí todos estos tus siervos, e inclinados delante de mí dirán: Sal tú, y todo el pueblo que está debajo de ti; y después de esto yo saldré. Y salió muy enojado de la presencia del Faraón
9
Y el SEÑOR dijo a Moisés: El Faraón no os oirá, para que mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto
10
Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios delante del Faraón; mas el SEÑOR había endurecido el corazón del Faraón, para que no dejara ir de su tierra a los hijos de Israel