8
Del pecado de mi pueblo se alimentan, y hacia su iniquidad dirigen sus deseos .
9
Como el pueblo, así será el sacerdote; los castigaré por su proceder, y les pagaré según sus obras.
10
Comerán, pero no se saciarán; se prostituirán, pero no se multiplicarán, porque han dejado de hacer caso al SEÑOR.
11
La prostitución, el vino y el mosto quitan el juicio.
12
Mi pueblo consulta a su ídolo de madera, y su vara les informa; porque un espíritu de prostitución los ha descarriado, y se han prostituido, apartándose de su Dios.
13
Ofrecen sacrificios sobre las cumbres de los montes y queman incienso sobre las colinas, debajo de las encinas, los álamos y los terebintos, porque su sombra es agradable. Por tanto, vuestras hijas se prostituyen, y vuestras nueras cometen adulterio.
14
No castigaré a vuestras hijas cuando se prostituyan ni a vuestras nueras cuando cometan adulterio, porque los hombres mismos se retiran con rameras y ofrecen sacrificios con las rameras del culto pagano ; así se pierde el pueblo sin entendimiento.
15
Aunque tú, Israel, te prostituyas, que no se haga culpable Judá; tampoco vayáis a Gilgal, ni subáis a Bet-avén, ni juréis: ¡Vive el SEÑOR!
16
Puesto que Israel es terco como novilla indómita, ¿los pastoreará ahora el SEÑOR como a un cordero en campo espacioso?
17
Efraín se ha unido a los ídolos; déjalo.
18
Acabada su bebida, se entregaron a la prostitución; sus príncipes aman mucho la ignominia.
19
El viento los envuelve en sus alas, y se avergonzarán de sus sacrificios.