46
»¿Por qué me llaman ustedes “Señor, Señor”, y no hacen lo que les digo?
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Voy a decirles a quién se parece todo el que viene a mí, y oye mis palabras y las pone en práctica:
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Se parece a un hombre que, al construir una casa, cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca. De manera que cuando vino una inundación, el torrente azotó aquella casa, pero no pudo ni siquiera hacerla tambalear porque estaba bien construida.
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Pero el que oye mis palabras y no las pone en práctica se parece a un hombre que construyó una casa sobre tierra y sin cimientos. Tan pronto como la azotó el torrente, la casa se derrumbó, y el desastre fue terrible».