6
»Mis días se van más veloces que una lanzadera,y sin esperanza alguna llegan a su fin.
7
Recuerda, oh Dios, que mi vida es un suspiro;que ya no verán mis ojos la felicidad.
8
Los ojos que hoy me ven, no me verán mañana;pondrás en mí tus ojos, pero ya no existiré.
9
Como nubes que se diluyen y se pierden,los que bajan al sepulcro ya no vuelven a subir.
10
Nunca más regresan a su casa;desaparecen de su lugar.
11
»Por lo que a mí toca, no guardaré silencio;la angustia de mi alma me lleva a hablar,la amargura en que vivo me obliga a protestar.
12
¿Soy acaso el mar, el monstruo del abismo,para que me pongas bajo vigilancia?
13
Cuando pienso que en mi lecho hallaré consueloo encontraré alivio a mi queja,
14
aun allí me infundes miedo en mis sueños;¡me aterras con visiones!
15
¡Preferiría que me estrangularana seguir viviendo en este cuerpo!
16
Tengo en poco mi vida; no quiero vivir para siempre.¡Déjame en paz, que mi vida no tiene sentido!