11
¿Acaso no les infundiría miedo su esplendor?¿Y no caería sobre ustedes su terror?
12
¡Han memorizado proverbios sin sentido!¡Se defienden con apologías endebles!
13
»¡Cállense la boca y déjenme hablar,y que venga lo que venga!
14
¿Por qué me pongo en peligroy me juego el pellejo?
15
¡Que me mate! ¡Ya no tengo esperanza!Pero en su propia cara defenderé mi conducta.
16
En esto radica mi liberación:en que ningún impío comparecería ante él.
17
»Presten atención a mis palabras;presten oído a lo que digo:
18
Vean que ya he preparado mi caso,y sé muy bien que seré declarado inocente.
19
¿Hay quien pueda presentar cargos contra mí?Si lo hay, me quedaré callado hasta morir.
20
»Concédeme, oh Dios, solo dos cosas,y no tendré que esconderme de ti:
21
Quítame la mano de encimay deja de infundirme temor.
22
Llámame a comparecer y te responderé;o déjame hablar y contéstame.
23
Enumera mis iniquidades y pecados;hazme ver mis transgresiones y ofensas.
24
¿Por qué no me das la cara?¿Por qué me tienes por enemigo?
25
¿Acosarás a una hoja arrebatada por el viento?¿Perseguirás a la paja seca?
26
Has dictado contra mí penas amargas;me estás cobrando los pecados de mi juventud.
27
Me has puesto cadenas en los pies;vigilas todos mis pasos;¡examinas las huellas que dejo al caminar!
28
»El hombre es como un odre desgastado;como ropa carcomida por la polilla.