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Este es el mandato que el profeta Jeremías dio a Seraías, hijo de Nerías y nieto de Maseías, cuando fue a Babilonia con Sedequías, rey de Judá, durante el año cuarto de su reinado. Seraías era el jefe de este viaje.
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Jeremías había descrito en un rollo todas las calamidades que le sobrevendrían a Babilonia, es decir, todo lo concerniente a ella.
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Jeremías le dijo a Seraías: «En cuanto llegues a Babilonia, asegúrate de leerles todas estas palabras.
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Luego diles: “SEÑOR, tú has dicho que vas a destruir este lugar, y que lo convertirás en una desolación perpetua, hasta que no quede en él un solo habitante, ni hombre ni animal”.
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Cuando termines de leer el rollo, átale una piedra y arrójalo al Éufrates.
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Luego diles: “Así se hundirá Babilonia, y nunca más se levantará del desastre que voy a traer sobre ella”».Aquí concluyen las palabras de Jeremías.