7
El primer día de la semana nos reunimos para partir el pan. Como iba a salir al día siguiente, Pablo estuvo hablando a los creyentes, y prolongó su discurso hasta la medianoche.
8
En el cuarto del piso superior donde estábamos reunidos había muchas lámparas.
9
Un joven llamado Eutico, que estaba sentado en una ventana, comenzó a dormirse mientras Pablo alargaba su discurso. Cuando se quedó profundamente dormido, se cayó desde el tercer piso y lo recogieron muerto.
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Pablo bajó, se echó sobre el joven y lo abrazó. «¡No se alarmen! —les dijo—. ¡Está vivo!»
11
Luego volvió a subir, partió el pan y comió. Siguió hablando hasta el amanecer, y entonces se fue.
12
Al joven se lo llevaron vivo a su casa, para gran consuelo de todos.