21
Después de anunciar las buenas nuevas en aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, Pablo y Bernabé regresaron a Listra, a Iconio y a Antioquía,
22
fortaleciendo a los discípulos y animándolos a perseverar en la fe. «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios», les decían.
23
En cada iglesia nombraron ancianos y, con oración y ayuno, los encomendaron al Señor, en quien habían creído.
24
Atravesando Pisidia, llegaron a Panfilia,
25
y cuando terminaron de predicar la palabra en Perge, bajaron a Atalía.
26
De Atalía navegaron a Antioquía, donde se los había encomendado a la gracia de Dios para la obra que ya habían realizado.
27
Cuando llegaron, reunieron a la iglesia e informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos, y de cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles.
28
Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos.