15
Por lo tanto, cada mañana se ofrecerán, como holocausto perpetuo, el cordero, la ofrenda de cereales y la ofrenda de aceite.
16
»”Así dice el SEÑOR omnipotente: Si el príncipe le regala a alguno de sus hijos parte de su herencia, ese regalo le pertenecerá a sus descendientes, pues es su herencia.
17
Pero si le regala parte de su herencia a alguno de sus siervos, esta solo le pertenecerá al siervo hasta el año del jubileo, después de lo cual el siervo se la devolverá al príncipe. La herencia del príncipe es patrimonio de sus descendientes.
18
El príncipe no se apoderará de la herencia del pueblo, ni lo privará de lo que le pertenece. A sus hijos les dará solamente lo que sea parte de su propiedad personal; así en mi pueblo nadie quedará despojado de su propiedad”».
19
Luego el hombre me llevó a la entrada que estaba al lado de la puerta, a las habitaciones que dan al norte y que estaban consagradas para los sacerdotes. Desde allí me mostró un espacio en el fondo, al lado oeste.
20
Y me dijo: «Este es el lugar donde los sacerdotes hervirán la carne de los animales ofrecidos en sacrificio por la culpa o por el pecado. También aquí se cocerán las ofrendas de cereales. Esto es para que no tengan que sacarlas al atrio exterior, pues el pueblo podría entrar en contacto con los objetos sagrados».
21
Entonces me llevó al atrio exterior y me hizo pasar por los cuatro ángulos del atrio. Vi que en cada ángulo había un pequeño atrio.
22
En los cuatro ángulos del atrio había atrios cercados, todos del mismo tamaño, de veinte metros de largo por quince de ancho.
23
Alrededor de los cuatro atrios había un muro, y en todo el derredor de la parte baja del muro había unos fogones.
24
Entonces me dijo: «Estas son las cocinas donde los servidores del templo hervirán los animales para los sacrificios del pueblo».