7
de la tribu de Isacar, Igal, hijo de José;
8
de la tribu de Efraín, Oseas, hijo de Nun;
9
de la tribu de Benjamín, Palti, hijo de Rafú;
10
de la tribu de Zabulón, Gadiel, hijo de Sodi;
11
de la tribu de José y de la tribu de Manasés, Gadi, hijo de Susi;
12
de la tribu de Dan, Amiel, hijo de Gemali;
13
de la tribu de Aser, Setur, hijo de Micael;
14
de la tribu de Neftalí, Nahbi, hijo de Vapsi;
15
de la tribu de Gad, Geuel, hijo de Maqui.
16
Así se llamaban los hombres a quienes Moisés envió a reconocer la tierra; pero a Oseas, hijo de Nun, Moisés lo llamó Josué.
17
Cuando Moisés los envió a reconocer la tierra de Canaán, les dijo: Subid allá, al Neguev ; después subid a la región montañosa.
18
Ved cómo es la tierra, y si la gente que habita en ella es fuerte o débil, si son pocos o muchos;
19
y cómo es la tierra en que viven, si es buena o mala; y cómo son las ciudades en que habitan, si son como campamentos abiertos o con fortificaciones;
20
y cómo es el terreno, si fértil o estéril. ¿Hay allí árboles o no? Procurad obtener algo del fruto de la tierra. (Aquel tiempo era el tiempo de las primeras uvas maduras.)
21
Entonces ellos subieron y reconocieron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, en Lebo-hamat.
22
Y subieron por el Neguev, y llegaron hasta Hebrón, donde estaban Ahimán, Sesai y Talmai, los descendientes de Anac. (Hebrón fue edificada siete años antes que Zoán en Egipto.)
23
Y llegaron hasta el valle de Escol y de allí cortaron un sarmiento con un solo racimo de uvas; y lo llevaban en un palo entre dos hombres, con algunas de las granadas y de los higos.
24
A aquel lugar se le llamó el valle de Escol por razón del racimo que los hijos de Israel cortaron allí.
25
Y volvieron de reconocer la tierra al cabo de cuarenta días,
26
y fueron y se presentaron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel en el desierto de Parán, en Cades; y les dieron un informe a ellos y a toda la congregación, y les enseñaron el fruto de la tierra.
27
Y le contaron, y le dijeron: Fuimos a la tierra adonde nos enviaste; ciertamente mana leche y miel, y este es el fruto de ella.