24
El hombre miró a su alrededor y dijo:
—Sí, veo a algunas personas, pero no puedo verlas con claridad; parecen árboles que caminan.
25
Entonces Jesús puso nuevamente sus manos sobre los ojos del hombre y fueron abiertos. Su vista fue totalmente restaurada y podía ver todo con claridad.
26
Jesús lo envió a su casa y le dijo:
27
Declaración de Pedro acerca de Jesús
Jesús y sus discípulos salieron de Galilea y fueron a las aldeas cerca de Cesarea de Filipo. Mientras caminaban, él les preguntó:
28
—Bueno —contestaron—, algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen Elías, y otros dicen que eres uno de los otros profetas.
29
Entonces les preguntó:
Pedro contestó:
—Tú eres el Mesías.
30
Pero Jesús les advirtió que no le contaran a nadie acerca de él.
31
Jesús predice su muerte
Entonces Jesús comenzó a decirles que el Hijo del Hombre
tendría que sufrir muchas cosas terribles y ser rechazado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los maestros de la ley religiosa. Lo matarían, pero tres días después resucitaría.
32
Mientras hablaba abiertamente de eso con sus discípulos, Pedro lo llevó aparte y empezó a reprenderlo por decir semejantes cosas.
33
Jesús se dio la vuelta, miró a sus discípulos y reprendió a Pedro:
—dijo—.
34
Entonces llamó a la multitud para que se uniera a los discípulos, y dijo: