4 —respondió Jesús—.
5 Sin embargo, su madre les dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga».
6 Cerca de allí había seis tinajas de piedra, que se usaban para el lavado ceremonial de los judíos. Cada tinaja tenía una capacidad de entre setenta y cinco a ciento trece litros.
7 Jesús les dijo a los sirvientes:
Una vez que las tinajas estuvieron llenas,
8 les dijo:
Así que los sirvientes siguieron sus indicaciones.
9 Cuando el maestro de ceremonias probó el agua que ahora era vino, sin saber de dónde provenía (aunque, por supuesto, los sirvientes sí lo sabían), mandó a llamar al novio.
10 «Un anfitrión siempre sirve el mejor vino primero —le dijo—, y una vez que todos han bebido bastante, comienza a ofrecer el vino más barato. ¡Pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora!».
11 Esta señal milagrosa en Caná de Galilea marcó la primera vez que Jesús reveló su gloria. Y sus discípulos creyeron en él.
12 Después de la boda, se fue unos días a Capernaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos.
13 Jesús despeja el templo
Se acercaba la fecha de la celebración de la Pascua judía, así que Jesús fue a Jerusalén.
14 Vio que en la zona del templo había unos comerciantes que vendían ganado, ovejas y palomas para los sacrificios; vio a otros que estaban en sus mesas cambiando dinero extranjero.
15 Jesús se hizo un látigo con unas cuerdas y expulsó a todos del templo. Echó las ovejas y el ganado, arrojó por el suelo las monedas de los cambistas y les volteó las mesas.
16 Luego se dirigió a los que vendían palomas y les dijo:
17 Entonces sus discípulos recordaron la profecía de las Escrituras que dice: «El celo por la casa de Dios me consumirá»
.
18 Pero los líderes judíos exigieron:
—¿Qué estás haciendo? Si Dios te dio autoridad para hacer esto, muéstranos una señal milagrosa que lo compruebe.
19 —contestó Jesús—.
20 —¡Qué dices! —exclamaron—. Tardaron cuarenta y seis años en construir este templo, ¿y tú puedes reconstruirlo en tres días?
21 Pero cuando Jesús dijo «este templo», se refería a su propio cuerpo.
22 Después que resucitó de los muertos, sus discípulos recordaron que había dicho esto y creyeron en las Escrituras y también en lo que Jesús había dicho.
23 Jesús y Nicodemo
Debido a las señales milagrosas que Jesús hizo en Jerusalén durante la celebración de la Pascua, muchos comenzaron a confiar en él;
24 pero Jesús no confiaba en ellos porque conocía la naturaleza humana.
25 No hacía falta que nadie le dijera cómo es el ser humano.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Juan 2:4 Y Jesús le dijo<***>: Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí en esto? Todavía no ha llegado mi hora.

English Standard Version ESV

John 2:4 And Jesus said to her, "Woman, what does this have to do with me? My hour has not yet come."

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Juan 2:4 Y le dice Jesús: ¿Qué tengo yo contigo, mujer? Aún no ha venido mi hora

King James Version KJV

New King James Version NKJV

John 2:4 Jesus said to her, "Woman, what does your concern have to do with Me? My hour has not yet come."

Nueva Versión Internacional NVI

Juan 2:4 —Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Juan 2:4 Y dícele Jesús: ¿Qué tengo yo contigo, mujer? aun no ha venido mi hora.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Juan 2:4 Y le dice Jesús: ¿Qué tengo yo contigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.

Herramientas de Estudio para Juan 2:4-25