3 For what the law could not do in that it was weak through the flesh, God did by sending His own Son in the likeness of sinful flesh, on account of sin: He condemned sin in the flesh,
4 that the righteous requirement of the law might be fulfilled in us who do not walk according to the flesh but according to the Spirit.
5 For those who live according to the flesh set their minds on the things of the flesh, but those who live according to the Spirit, the things of the Spirit.
6 For to be carnally minded is death, but to be spiritually minded is life and peace.
7 Because the carnal mind is enmity against God; for it is not subject to the law of God, nor indeed can be.
8 So then, those who are in the flesh cannot please God.
9 But you are not in the flesh but in the Spirit, if indeed the Spirit of God dwells in you. Now if anyone does not have the Spirit of Christ, he is not His.
10 And if Christ is in you, the body is dead because of sin, but the Spirit is life because of righteousness.
11 But if the Spirit of Him who raised Jesus from the dead dwells in you, He who raised Christ from the dead will also give life to your mortal bodies through His Spirit who dwells in you.
12 Therefore, brethren, we are debtors--not to the flesh, to live according to the flesh.
13 For if you live according to the flesh you will die; but if by the Spirit you put to death the deeds of the body, you will live.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Romanos 8:3 Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne,

English Standard Version ESV

Romans 8:3 For God has done what the law, weakened by the flesh, could not do. By sending his own Son in the likeness of sinful flesh and for sin, he condemned sin in the flesh,

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Romanos 8:3 Porque lo que era imposible a la ley, por cuanto era débil por la carne, y por el pecado, Dios enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado condenó al pecado en la carne

King James Version KJV

Nueva Traducción Viviente NTV

Romanos 8:3 La ley de Moisés no podía salvarnos, porque nuestra naturaleza pecaminosa
es débil. Así que Dios hizo lo que la ley no podía hacer. Él envió a su propio Hijo en un cuerpo como el que nosotros los pecadores tenemos; y en ese cuerpo, mediante la entrega de su Hijo como sacrificio por nuestros pecados, Dios declaró el fin del dominio que el pecado tenía sobre nosotros.

Nueva Versión Internacional NVI

Romanos 8:3 En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana,

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Romanos 8:3 Porque lo que era imposible á la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios enviando á su Hijo en semejanza de carne de pecado, y á causa del pecado, condenó al pecado en la carne;

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Romanos 8:3 Porque lo que era imposible a la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y por el pecado, condenó al pecado en la carne;

Herramientas de Estudio para Romans 8:3-13