16
Y al oír esto Herodes, decía: Juan, a quien yo decapité, ha resucitado.
17
Porque Herodes mismo había enviado a prender a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe, pues Herodes se había casado con ella.
18
Porque Juan le decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano.
19
Y Herodías le tenía rencor y deseaba matarlo, pero no podía,
20
porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo mantenía protegido. Y cuando le oía se quedaba muy perplejo, pero le gustaba escucharlo.
21
Pero llegó un día oportuno, cuando Herodes, siendo su cumpleaños, ofreció un banquete a sus nobles y comandantes y a los principales de Galilea;
22
y cuando la hija misma de Herodías entró y danzó, agradó a Herodes y a los que se sentaban a la mesa con él; y el rey dijo a la muchacha: Pídeme lo que quieras y te lo daré.
23
Y le juró: Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino.
24
Ella salió y dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella le respondió: La cabeza de Juan el Bautista.
25
Enseguida ella se presentó apresuradamente ante el rey con su petición, diciendo: Quiero que me des ahora mismo la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja.
26
Y aunque el rey se puso muy triste, sin embargo a causa de sus juramentos y de los que se sentaban con él a la mesa, no quiso desairarla.