39
Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: ¡Cálmate, sosiégate! Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma.
40
Entonces les dijo: ¿Por qué estáis amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?
41
Y se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: ¿Quién, pues, es éste que aun el viento y el mar le obedecen?