40
Y cuando dijo esto les mostró las manos y los pies.
41
Como ellos todavía no lo creían a causa de la alegría y que estaban asombrados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer?
42
Entonces ellos le presentaron parte de un pescado asado .
43
Y El lo tomó y comió delante de ellos.
44
Y les dijo: Esto es lo que yo os decía cuando todavía estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre mí está escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
45
Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras,
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y les dijo: Así está escrito, que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día;
47
y que en su nombre se predicara el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
48
Vosotros sois testigos de estas cosas.
49
Y he aquí, yo enviaré sobre vosotros la promesa de mi Padre; pero vosotros, permaneced en la ciudad hasta que seáis investidos con poder de lo alto.
50
Entonces los condujo fuera de la ciudad, hasta cerca de Betania, y alzando sus manos, los bendijo.
51
Y aconteció que mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado arriba al cielo.
52
Ellos, después de adorarle, regresaron a Jerusalén con gran gozo,
53
y estaban siempre en el templo alabando a Dios.