18
¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero?
19
Y le dijo: Levántate y vete; tu fe te ha sanado.
20
Habiéndole preguntado los fariseos cuándo vendría el reino de Dios, Jesús les respondió, y dijo: El reino de Dios no viene con señales visibles,
21
ni dirán: "¡Mirad, aquí está!" o: "¡Allí está!" Porque he aquí, el reino de Dios entre vosotros está.
22
Y dijo a los discípulos: Vendrán días cuando ansiaréis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis.
23
Y os dirán: "¡Mirad allí! ¡Mirad aquí!" No vayáis, ni corráis tras ellos.
24
Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día.
25
Pero primero es necesario que El padezca mucho y sea rechazado por esta generación.
26
Tal como ocurrió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del Hombre.
27
Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.
28
Fue lo mismo que ocurrió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían;