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Pero aconteció que mientras Zacarías ejercía su ministerio sacerdotal delante de Dios según el orden indicado a su grupo,
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conforme a la costumbre del sacerdocio, fue escogido por sorteo para entrar al templo del Señor y quemar incienso.
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Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora de la ofrenda de incienso.
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Y se le apareció un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso.
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Al verlo, Zacarías se turbó, y el temor se apoderó de él.
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Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y lo llamarás Juan.
14
Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento.
15
Porque él será grande delante del Señor; no beberá ni vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre.
16
Y él hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios.
17
E irá delante de El en el espíritu y poder de Elías PARA HACER VOLVER LOS CORAZONES DE LOS PADRES A LOS HIJOS, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto.
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Entonces Zacarías dijo al ángel: ¿Cómo podré saber esto? Porque yo soy anciano y mi mujer es de edad avanzada.