19
Después el sacerdote ofrecerá el sacrificio por el pecado y hará expiación por el que se ha de purificar de su inmundicia. Y después, degollará el holocausto.
20
Y el sacerdote ofrecerá sobre el altar el holocausto y la ofrenda de cereal. Así hará expiación el sacerdote por él, y quedará limpio.
21
Pero si es pobre y no tiene suficiente recursos, entonces tomará un cordero como ofrenda por la culpa, como ofrenda mecida, a fin de hacer expiación por él, y una décima de un efa de flor de harina mezclada con aceite para ofrenda de cereal, y un log de aceite,
22
y dos tórtolas o dos pichones, según sus recursos, uno será como ofrenda por el pecado y el otro para holocausto.
23
Al octavo día los llevará al sacerdote para ofrecerlos por su purificación, a la entrada de la tienda de reunión, delante del SEÑOR.
24
Y el sacerdote tomará el cordero de la ofrenda por la culpa y el log de aceite, y los presentará como ofrenda mecida delante del SEÑOR.
25
Luego degollará el cordero de la ofrenda por la culpa, y el sacerdote tomará de la sangre de la ofrenda por la culpa y la pondrá sobre el lóbulo de la oreja derecha del que ha de ser purificado, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho.
26
El sacerdote derramará también del aceite sobre la palma de su mano izquierda;
27
y con el dedo de su mano derecha rociará el sacerdote un poco del aceite que está en la palma de su mano izquierda siete veces delante del SEÑOR.
28
Después el sacerdote pondrá del aceite que está en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha del que ha de ser purificado, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, en el lugar de la sangre de la ofrenda por la culpa.
29
Y el resto del aceite que está en la mano del sacerdote lo pondrá en la cabeza del que ha de ser purificado, a fin de hacer expiación por él delante del SEÑOR.
30
Entonces ofrecerá una de las tórtolas o de los pichones, según sus recursos.
31
Ofrecerá lo que pueda, uno como ofrenda por el pecado, y el otro como holocausto, junto con la ofrenda de cereal. Así el sacerdote hará expiación delante del SEÑOR en favor del que ha de ser purificado.
32
Esta es la ley para el que tenga infección de lepra, cuyos recursos para su purificación sean limitados.
33
Habló también el SEÑOR a Moisés y a Aarón, diciendo:
34
Cuando entréis en la tierra de Canaán, que os doy en posesión, y ponga yo una marca de lepra sobre una casa en la tierra de vuestra posesión,
35
el dueño de la casa irá y le avisará al sacerdote: "Algo así como la marca de la lepra ha aparecido en mi casa."
36
El sacerdote entonces ordenará que desocupen la casa antes de que él entre para examinar la marca, a fin de que nada se contamine en la casa; y después el sacerdote entrará y examinará la casa.
37
Examinará la marca, y si la marca sobre las paredes de la casa tiene depresiones verdosas o rojizas, y parece más profunda que la superficie,
38
el sacerdote saldrá a la puerta de la casa, y cerrará la casa por siete días.
39
Y al séptimo día el sacerdote regresará y la inspeccionará. Si la marca se ha extendido en las paredes de la casa,
40
el sacerdote les ordenará quitar las piedras que tienen la marca y arrojarlas a un lugar inmundo fuera de la ciudad.
41
Y hará raspar la casa toda por dentro, y arrojarán fuera de la ciudad, a un lugar inmundo, el polvo que raspen.
42
Luego tomarán otras piedras y reemplazarán aquellas piedras; y él tomará otra mezcla y volverá a recubrir la casa.
43
Sin embargo, si la marca vuelve a aparecer en la casa después de que él haya quitado las piedras y raspado la casa, y después de haberla recubierto con mezcla,
44
el sacerdote entrará y la examinará. Si ve que la marca se ha extendido en la casa, será una lepra maligna en la casa; es inmunda.
45
Derribará, pues, la casa, sus piedras, sus maderas y todo el emplaste de la casa, y los llevará fuera de la ciudad a un lugar inmundo.
46
Además, cualquiera que entre a la casa durante el tiempo que él la cerró, quedará inmundo hasta el atardecer.
47
También, el que duerma en la casa lavará sus ropas, y el que coma en la casa lavará sus ropas.
48
Pero si el sacerdote entra y la examina, y la marca no se ha extendido en la casa después de que la casa fue recubierta, el sacerdote declarará la casa limpia, porque la marca no ha vuelto a aparecer.
49
Entonces, para purificar la casa, tomará dos avecillas, madera de cedro, un cordón escarlata e hisopo,