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And the kinganswered, Chimham shall go over with me, and I will do to him that which shall seem goodunto thee: and whatsoever thou shalt requireb of me, that will I do for thee.
2 Samuel 19:28
Porque toda la casa de mi padre no era más que hombres muertos ante mi señor el rey; con todo, pusiste a tu siervo entre los que comían a tu propia mesa. ¿Qué derecho tengo todavía para quejarme más al rey?
English Standard Version ESV
2 Samuel 19:28
For all my father's house were but men doomed to death before my lord the king, but you set your servant among those who eat at your table. What further right have I, then, to cry to the king?"
La Biblia del Jubileo 2000 JBS
2 Samuel 19:28
Porque toda la casa de mi padre era digna de muerte delante de mi señor el rey, y tú pusiste a tu siervo entre los convidados de tu mesa. ¿Qué justicia pues tengo aún para quejarme más contra el rey
New King James Version NKJV
2 Samuel 19:28
For all my father's house were but dead men before my lord the king. Yet you set your servant among those who eat at your own table. Therefore what right have I still to cry out anymore to the king?"
Nueva Traducción Viviente NTV
2 Samuel 19:28
Todos mis parientes y yo solo podíamos esperar la muerte de su parte, mi señor, ¡pero en cambio me honró al permitirme comer a su propia mesa! ¿Qué más puedo pedir?
Nueva Versión Internacional NVI
2 Samuel 19:28
No hay nadie en mi familia paterna que no merezca la muerte en presencia de mi señor el rey. A pesar de eso, Su Majestad le concedió a este servidor suyo comer en la mesa real. ¿Qué derecho tengo de pedirle algo más a Su Majestad?
La Biblia Reina-Valera (Español) RVR
2 Samuel 19:28
Porque toda la casa de mi padre era digna de muerte delante de mi señor el rey, y tú pusiste á tu siervo entre los convidados de tu mesa. ¿Qué derecho pues tengo aún para quejarme más contra el rey?
Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV
2 Samuel 19:28
Porque toda la casa de mi padre era digna de muerte delante de mi señor el rey, y tú pusiste a tu siervo entre los convidados de tu mesa. ¿Qué derecho pues tengo aún para quejarme más contra el rey?