50
Después Abimelec fue a Tebes, la sitió y la tomó.
51
Pero había una torre fortificada en el centro de la ciudad, y todos los hombres y mujeres, todos los habitantes de la ciudad, huyeron allí, se encerraron y subieron al techo de la torre.
52
Y Abimelec vino a la torre, la atacó y se acercó a la entrada de la torre para prenderle fuego.
53
Pero una mujer arrojó una muela de molino sobre la cabeza de Abimelec rompiéndole el cráneo.
54
Entonces él llamó apresuradamente al muchacho que era su escudero, y le dijo: Saca tu espada y mátame, no sea que se diga de mí: "Una mujer lo mató." Y el muchacho lo traspasó, y murió.
55
Cuando los hombres de Israel vieron que Abimelec había muerto, cada cual partió para su casa.
56
Así pagó Dios a Abimelec por la maldad que había hecho a su padre al matar a sus setenta hermanos.
57
Dios también hizo volver sobre sus cabezas toda la maldad de los hombres de Siquem, y vino sobre ellos la maldición de Jotam, hijo de Jerobaal.