20
Desde los cielos las estrellas pelearon, desde sus órbitas pelearon contra Sísara.
21
El torrente Cisón los barrió, el antiguo torrente, el torrente Cisón. Marcha, alma mía con poder.
22
Entonces resonaron los cascos de los caballos por el galopar, el galopar de sus valientes corceles.
23
"Maldecid a Meroz", dijo el ángel del SEÑOR, "maldecid, maldecid a sus moradores; porque no vinieron en ayuda del SEÑOR, en ayuda del SEÑOR contra los guerreros."
24
Bendita entre las mujeres es Jael, mujer de Heber ceneo; bendita sea entre las mujeres de la tienda.
25
El pidió agua, y ella le dio leche; en taza de nobles le trajo cuajada.
26
Extendió ella la mano hacia la estaca de la tienda, y su diestra hacia el martillo de trabajadores. Entonces golpeó a Sísara, desbarató su cabeza; destruyó y perforó sus sienes.
27
A sus pies él se encorvó, cayó, quedó tendido; a sus pies se encorvó y cayó; donde se encorvó, allí quedó muerto.
28
Miraba por la ventana y se lamentaba la madre de Sísara, por las celosías: "¿Por qué se tarda en venir su carro? ¿Por qué se retrasa el trotar de sus carros?"
29
Sus sabias princesas le respondían, aun a sí misma ella repite sus palabras:
30
"¿Acaso no han hallado el botín y se lo están repartiendo? ¿Una doncella, dos doncellas para cada guerrero; para Sísara un botín de tela de colores, un botín de tela de colores bordada, tela de colores de doble bordadura en el cuello del victorioso?"