1
Entonces respondió Zofar naamatita, y dijo:
2
Por esto mis pensamientos me hacen responder, a causa de mi inquietud interior.
3
He escuchado la reprensión que me insulta, y el espíritu de mi entendimiento me hace responder.
4
¿Acaso sabes esto, que desde la antiguedad, desde que el hombre fue puesto sobre la tierra,
5
es breve el júbilo de los malvados, y un instante dura la alegría del impío?
6
Aunque su presunción llegue a los cielos, y su cabeza toque las nubes,
7
como su propio estiércol perece para siempre; los que lo han visto dirán: "¿Dónde está?"
8
Huye como un sueño, y no lo pueden encontrar, y como visión nocturna es ahuyentado.
9
El ojo que lo veía, ya no lo ve, y su lugar no lo contempla más.
10
Sus hijos favorecen a los pobres, y sus manos devuelven sus riquezas.
11
Sus huesos están llenos de vigor juvenil, mas con él en el polvo yacen.
12
Aunque el mal sea dulce en su boca, y lo oculte bajo su lengua,
13
aunque lo desee y no lo deje ir, sino que lo retenga en su paladar,
14
con todo la comida en sus entrañas se transforma en veneno de cobras dentro de él.