11
De todos mis enemigos he sido oprobio, y de mis vecinos en gran manera, y horror a mis conocidos; los que me ven fuera, huyen de mí
12
He sido olvidado del todo como un muerto; he venido a ser como un vaso perdido
13
Porque he oído afrenta de muchos, cerrado de temores; cuando consultaban juntos contra mí, e ideaban para prenderme el alma
14
Mas yo en ti confié, oh SEÑOR; yo dije: Dios mío eres tú
15
En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos, y de mis perseguidores
16
Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; sálvame por tu misericordia
17
SEÑOR, no sea yo confundido, porque te he invocado; sean confusos los impíos, sean cortados para el Seol
18
Enmudezcan los labios mentirosos, que hablan contra el justo cosas duras, con soberbia y menosprecio
19
¡Cuán grande es tu bien, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres
20
Los esconderás en el escondedero de tu rostro de las arrogancias del hombre; los esconderás en el tabernáculo a cubierto de contención de lenguas
21
Bendito el SEÑOR, porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fuerte