21
Los leoncillos braman a la presa, y para buscar de Dios su comida
22
Sale el sol, se recogen, y se echan en sus cuevas
23
Sale el hombre a su hacienda, y a su labranza hasta la tarde
24
¡Cuán innumerables son tus obras, oh SEÑOR! Hiciste todas ellas con sabiduría; la tierra está llena de tu posesión
25
Asimismo este gran mar y ancho de términos; allí hay peces sin número, animales pequeños y grandes
26
Allí andan navíos; allí este leviatán que hiciste para que jugara en él
27
Todos ellos esperan a ti, para que les des su comida a su tiempo
28
Les das, recogen; abres tu mano, se sacian de bien
29
Escondes tu rostro, se turban; les quitas el espíritu, dejan de ser, y se tornan en su polvo
30
Envías tu espíritu, se crean; y renuevas la faz de la tierra
31
Sea la gloria al SEÑOR para siempre; alégrese SEÑOR en sus obras