25
Antes que los montes fueran fundados, antes de los collados, era yo engendrada
26
no había aún hecho la tierra, ni las campiñas, ni el principio del polvo del mundo
27
Cuando componía los cielos, allí estaba yo; cuando señalaba por compás la sobrefaz del abismo
28
cuando afirmaba los cielos arriba, cuando afirmaba las fuentes del abismo
29
cuando ponía al mar su estatuto, y a las aguas, que no pasaran su mandamiento; cuando señalaba los fundamentos de la tierra
30
con él estaba yo ordenándolo todo; y fui su delicia todos los días, teniendo solaz delante de él en todo tiempo
31
Tengo solaz en la redondez de su tierra; y mis solaces son con los hijos de los hombres
32
Ahora, pues, hijos, oídme; y bienaventurados los que guardaren mis caminos
33
Escuchad al castigo, y sed sabios; y no lo menospreciéis
34
Bienaventurado el hombre que me oye, trasnochando a mis puertas cada día, guardando los umbrales de mis entradas
35
Porque el que me hallare, hallará la vida; y alcanzará la voluntad del SEÑOR
36
Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; todos los que me aborrecen, aman la muerte