20
Con su ciencia se partieron los abismos, y destilan el rocío los cielos
21
Hijo mío, no se aparten de tus ojos; guarda la sabiduría y el consejo
22
y serán vida a tu alma, y gracia a tu cuello
23
Entonces andarás por tu camino confiadamente, y tu pie no tropezará
24
Cuando te acostares, no tendrás temor; antes te acostarás, y tu sueño será suave
25
No tendrás temor del pavor repentino, ni de la ruina de los impíos cuando viniere
26
porque el SEÑOR será tu confianza, y él guardará tu pie para que no seas tomado
27
No detengas el bien de sus dueños, cuando tuvieres poder para hacerlo
28
No digas a tu prójimo: Ve, y vuelve, y mañana te daré; cuando tienes contigo qué darle
29
No pienses mal contra tu prójimo, estando él confiado de ti
30
No pleitees con alguno sin razón, si él no te ha hecho agravio