10
No dejes a tu amigo, ni al amigo de tu padre; ni entres en casa de tu hermano el día de tu aflicción. Mejor es el vecino cerca que el hermano lejano
11
Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, y tendré qué responder al que me deshonrare
12
El avisado ve el mal, y se esconde, mas los simples pasan, y llevan el daño
13
Quítale su ropa al que fio al extraño; y al que fio a la extraña, tómale prenda
14
El que bendice a su amigo en alta voz, madrugando de mañana, por maldición se le contará
15
Gotera continua en tiempo de lluvia, y la mujer rencillosa, son semejantes
16
el que la escondió, escondió el viento; porque el aceite en su mano derecha clama
17
Hierro con hierro se aguza; y el hombre le da ánimo a su amigo
18
El que guarda la higuera, comerá su fruto; y el que guarda a su señor, será honrado
19
Como en agua el rostro corresponde al rostro, así el corazón del hombre al hombre
20
El Seol y el infierno nunca se sacian; así los ojos del hombre nunca están satisfechos
21
El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro; y al hombre la boca del que lo alaba
22
Aunque majes al loco en un mortero entre granos de trigo a pisón majados, no se quitará de él su locura
23
Considera atentamente el rostro de tus ovejas; pon tu corazón al ganado
24
porque las riquezas no son para siempre; ¿Y será la corona para perpetuas generaciones
25
Saldrá la grama, aparecerá la hierba, y se segarán las hierbas de los montes
26
Los corderos son para tus vestidos, y los cabritos son para el precio del campo
27
y abundancia de leche de las cabras para tu mantenimiento, y para mantenimiento de tu casa, y para sustento de tus criadas