4
Nunca respondas al loco en conformidad a su locura, para que no seas tú también como él
5
Responde al loco mostrándole su locura, para que no se estime sabio en su opinión
6
El que da un cargo al que no tiene facultad para ejercitarlo, es el que envía algo por mano del loco; y beberá el daño
7
Así como camina el cojo; es el proverbio en la boca del loco
8
Como quien liga la piedra en la honda, así es el que da honra al loco
9
Espinas hincadas en mano del embriagado, tal es el proverbio en la boca de los locos
10
El gran Dios cría todas las cosas; y al loco da la paga, y a los transgresores da el salario
11
Como perro que vuelve a su vómito, así el loco que repite su locura
12
¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Más esperanza hay del loco que de él
13
Dice el perezoso: El león está en el camino; el león está en las calles
14
Las puertas se revuelven en sus quicios; así el perezoso en su cama
15
Esconde el perezoso su mano en el seno; se cansa de volverla a su boca
16
Más sabio es el perezoso en su propia opinión que siete que le den consejo
17
El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno, es como el que toma al perro por las orejas
18
Como el que enloquece, y echa llamas, y saetas, y muerte
19
tal es el hombre que daña a su amigo, y dice: Ciertamente lo hice por broma
20
Sin leña se apaga el fuego; y donde no hay chismoso, cesa la contienda
21
El carbón para brasas, y la leña para el fuego; y el hombre rencilloso para encender contienda
22
Las palabras del chismoso parecen blandas; mas ellas entran hasta lo secreto del vientre
23
Como escoria de plata echada sobre el tiesto, son los labios enardecidos y el corazón malo
24
El que odia disimula con sus labios; mas en su interior maquina engaño
25
Cuando hablare amigablemente, no le creas; porque siete abominaciones hay en su corazón
26
Aunque su odio se encubre en el desierto; su malicia será descubierta en la congregación
27
El que cavare sima, caerá en ella; y el que revuelve la piedra, a él volverá
28
La falsa lengua aborrece al que atormenta; y la boca lisonjera hace resbaladero