3
El crisol para la plata, y la hornaza para el oro; mas el SEÑOR prueba los corazones
4
El malo está atento al labio inicuo; y el mentiroso escucha a la lengua maldiciente
5
El que escarnece al pobre, afrenta a su Hacedor; y el que se alegra en la calamidad ajena, no quedará sin castigo
6
Corona de los viejos son los hijos de los hijos; y la honra de los hijos, sus padres
7
No conviene al loco la altilocuencia; ¡cuánto menos al príncipe el labio mentiroso
8
Piedra preciosa es el soborno en ojos de sus dueños; a dondequiera que se vuelve, da prosperidad
9
El que cubre la prevaricación, busca el amor; mas el que reitera el asunto, aparta los amigos
10
Aprovecha la reprensión en el entendido, más que cien azotes en el loco
11
El rebelde no busca sino mal; y mensajero cruel será enviado contra él
12
Mejor es que se encuentre un hombre con una osa a la cual han robado sus cachorros, que con un loco en su locura
13
El que da mal por bien, no se apartará el mal de su casa
14
Soltar las aguas (hablar precipitadamente) es el principio de la contienda; pues, antes que se revuelva el pleito, déjalo
15
El que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos por igual son abominación al SEÑOR
16
¿De qué sirve el precio en la mano del loco para comprar sabiduría, no teniendo corazón para entender
17
En todo tiempo ama el amigo; mas el hermano para la angustia es nacido
18
El hombre falto de entendimiento toca la mano, fiando a otro delante de su amigo
19
La prevaricación ama el que ama el pleito; y el que alza su portada, quebrantamiento busca
20
El perverso de corazón nunca hallará bien; y el que revuelve con su lengua, caerá en mal
21
El que engendra al loco, para su tristeza lo engendra; y el padre del loco no se alegrará
22
El corazón alegre hará bien como una medicina; mas el espíritu triste seca los huesos
23
El impío toma soborno en secreto para pervertir las veredas del derecho