8 Y respondió el centurión, y dijo: Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techado; mas solamente di con la palabra, y mi criado sanará
9 Porque también yo soy hombre bajo potestad, y tengo debajo de mi potestad soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace
10 Y oyéndolo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe
11 Mas yo os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, e Isaac, y Jacob, en el Reino de los cielos
12 mas los hijos del Reino serán echados en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes
13 Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creiste te sea hecho. Y su criado fue sano en la misma hora
14 Y vino Jesús a casa de Pedro, y vio a su suegra echada en cama, y con fiebre
15 Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía
16 Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y echó de ellos los demonios con la palabra, y sanó a todos los enfermos
17 para que se cumpliera lo que fue dicho por el profeta Isaías, que dijo: El tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias
18 Y viendo Jesús gran multitud alrededor de sí, mandó que se fueran al otro lado del lago
19 Y acercándose un escriba, le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que fueres
20 Y Jesús le dijo: Las zorras tienen cavernas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene dónde recostar su cabeza
21 Y otro de sus discípulos le dijo: Señor, dame licencia para que vaya primero, y entierre a mi padre
22 Y Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos
23 Y entrando él en un barco, sus discípulos le siguieron
24 Y he aquí, fue hecho en el mar un gran movimiento, que el barco se cubría de las ondas; mas él dormía
25 Y acercándose sus discípulos, le despertaron, diciendo: Señor, sálvanos, que perecemos
26 Y él les dice: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, despierto, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza
27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen
28 Y cuando él llegó a la otra ribera, a la provincia de los gadarenos, le vinieron al encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, fieros en gran manera, que nadie podía pasar por aquel camino

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Mateo 8:8 Pero el centurión respondió y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; mas solamente di la palabra y mi criado quedará sano.

English Standard Version ESV

Matthew 8:8 But the centurion replied, "Lord, I am not worthy to have you come under my roof, but only say the word, and my servant will be healed.

King James Version KJV

New King James Version NKJV

Matthew 8:8 The centurion answered and said, "Lord, I am not worthy that You should come under my roof. But only speak a word, and my servant will be healed.

Nueva Traducción Viviente NTV

Mateo 8:8 —Señor —dijo el oficial—, no soy digno de que entres en mi casa. Tan solo pronuncia la palabra desde donde estás y mi siervo se sanará.

Nueva Versión Internacional NVI

Mateo 8:8 —Señor, no merezco que entres bajo mi techo. Pero basta con que digas una sola palabra, y mi siervo quedará sano.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Mateo 8:8 Y respondió el centurión, y dijo: Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techado; mas solamente di la palabra, y mi mozo sanará.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Mateo 8:8 Y respondió el centurión, y dijo: Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techado; mas solamente di con la palabra, y mi criado sanará.

Herramientas de Estudio para Mateo 8:8-28