8
Porque cualquiera que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que toca, se le abre
9
¿Qué hombre hay de vosotros, a quien si su hijo pidiere pan, le dará una piedra
10
¿Y si le pidiere un pez, le dará una serpiente
11
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos, dará buenas cosas a los que le piden
12
Así que, todas las cosas que quisiereis que los hombres hicieren con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esta es la ley y los profetas
13
Entrad por la puerta estrecha: porque el camino que lleva a perdición es ancho y espacioso; y los que van por él, son muchos
14
Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida; y pocos son los que lo hallan
15
También guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, mas de dentro son lobos robadores
16
Por sus frutos los conoceréis. ¿Se cogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos
17
De esta manera, todo buen árbol lleva buenos frutos; mas el árbol podrido lleva malos frutos
18
No puede el buen árbol llevar malos frutos, ni el árbol podrido llevar frutos buenos