18
Y éstos son los que son sembrados entre espinas: los que oyen la palabra
19
pero los cuidados de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias que hay en las otras cosas, entrando, ahogan la Palabra, y es hecha sin fruto
20
Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la Palabra, y la reciben, y hacen fruto, uno a treinta, otro a sesenta, y otro a ciento
21
También les dijo: ¿Viene la lámpara para ser puesta debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No viene para ser puesta en el candelero
22
Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado, ni secreto que no haya de venir al descubierto
23
Si alguno tiene oídos para oír, oiga
24
Les dijo también: Mirad lo que oís: con la medida que medís, os medirán otros, y será añadido a vosotros los que oís
25
Porque al que tiene, le será dado; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado
26
Decía además: Así es el Reino de Dios, como si un hombre echa simiente en la tierra
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y duerme, y se levanta de noche y de día, y la simiente brota y crece como él no sabe
28
Porque de suyo fructifica la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga