22
Aunque también unas mujeres de los nuestros nos han espantado, las cuales antes del día fueron al sepulcro
23
y no hallando su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, los cuales dijeron que él vive
24
Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho; más a él no le vieron
25
Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho
26
¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara (así) en su gloria
27
Y comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, les declaraba esto en todas las Escrituras que eran de él
28
Y llegaron a la aldea a donde iban; y él hizo como que iba más lejos
29
Mas ellos le detuvieron por fuerza, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Y entró con ellos
30
Y aconteció, que estando sentado con ellos a la mesa, tomando el pan, bendijo, y partió, y les dio
31
Entonces fueron abiertos los ojos de ellos, y le conocieron; mas él se desapareció de los ojos de ellos
32
Y decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras
33
Y levantándose en la misma hora, tornáronse a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos
34
Que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón
35
Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo había sido conocido de ellos en el partir el pan
36
Y entre tanto que ellos hablaban estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz sea a vosotros
37
Entonces ellos espantados y asombrados, pensaban que veían algún espíritu
38
Mas él les dice: ¿Por qué estáis turbados, y suben pensamientos a vuestros corazones
39
Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; que un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo
40
Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies
41
Y no creyéndolo aún ellos de gozo, y maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer
42
Entonces ellos le presentaron parte de un pez asado, y un panal de miel
43
Lo cual él tomó, y comió delante de ellos
44
Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumplieran todas las cosas que están escritas de mí en la ley de Moisés, y en los profetas, y en los salmos
45
Entonces les abrió el sentido, para que entendieran las Escrituras
46
y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciera, y resucitara de los muertos al tercer día
47
y que se predicara en su nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén
48
Y vosotros sois testigos de estas cosas
49
Y he aquí, yo enviaré al Prometido de mi Padre sobre vosotros; mas vosotros asentad en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de potencia de lo alto
50
Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo
51
Y aconteció que bendiciéndolos, se fue de ellos; y era llevado arriba al cielo
52
Y ellos, después de haberle adorado, se volvieron a Jerusalén con gran gozo
53
y estaban siempre en el Templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén