18
Cualquiera que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; mas sobre el que la piedra cayere, le desmenuzará
19
Y procuraban los príncipes de los sacerdotes y los escribas echarle mano en aquella hora, porque entendieron que contra ellos había dicho esta parábola; mas temieron al pueblo
20
Y acechándole enviaron espías que simularan ser justos, para sorprenderle en palabras, para que le entregaran al principado y a la potestad del gobernador
21
Los cuales le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas bien, y que no tienes respeto a persona; antes enseñas el camino de Dios con verdad
22
¿Nos es lícito dar tributo a César, o no
23
Mas él, entendiendo la astucia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis
24
Mostradme un denario. ¿De quién tiene la imagen y la inscripción? Y respondiendo dijeron: De César
25
Entonces les dijo: Pues dad a César lo que es de César; y lo que es de Dios, a Dios
26
Y no pudieron reprender sus palabras delante del pueblo; antes maravillados de su respuesta, callaron
27
Y llegaron unos de los saduceos, los cuales niegan haber resurrección, le preguntaron
28
diciendo: Maestro, Moisés nos escribió: Si el hermano de alguno muriere teniendo mujer, y muriere sin hijos, que su hermano tome la mujer, y levante simiente a su hermano
29
Fueron, pues, siete hermanos; y el primero tomó mujer, y murió sin hijos
30
Y la tomó el segundo, el cual también murió sin hijos
31
Y la tomó el tercero; asimismo también todos siete, y no dejaron simiente, y murieron
32
Y a la postre de todos murió también la mujer
33
En la resurrección, pues, ¿mujer de cuál de ellos será? Porque los siete la tuvieron por mujer
34
Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y son dados en casamiento
35
mas los que son tenidos por dignos de aquel siglo y de la resurrección de los muertos, ni se casan, ni son dados en casamiento
36
porque no pueden ya más morir; porque son iguales a los ángeles; y son hijos de Dios, cuando son hijos de la resurrección
37
Y que los muertos hayan de resucitar, aun Moisés lo enseñó junto a la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, y Dios de Isaac, y Dios de Jacob
38
Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, porque todos viven para él