12
ayuno lo de dos comidas cada sábado, doy diezmos de todo lo que poseo
13
Mas el publicano estando lejos no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que hería su pecho, diciendo: Dios, reconcíliame, pecador
14
Os digo que éste descendió a su casa más justificado que el otro; porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado
15
Y traían a él los niños para que los tocara; lo cual viendo los discípulos les reñían
16
Mas Jesús llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no lo impidáis; porque de los tales es el Reino de Dios
17
De cierto os digo, que cualquiera que no recibiere el Reino de Dios como un niño, no entrará en él
18
Y le preguntó un príncipe, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna
19
Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino sólo Dios
20
Los mandamientos sabes: No cometerás homicidio; no adulterarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre
21
Y él dijo: Todas estas cosas he guardado desde mi juventud
22
Y Jesús, oído esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme