2 Porque nada hay encubierto, que no haya de ser descubierto; ni oculto, que no haya de ser sabido
3 Por tanto, las cosas que dijisteis en tinieblas, a la luz serán oídas; y lo que hablasteis al oído en los aposentos, será pregonado en los tejados
4 Mas os digo, amigos míos: No temáis de los que matan el cuerpo, y después no tienen más que hacer
5 Mas os enseñaré a quién temáis: temed a aquel que después de ser matado, tiene potestad de echar en el infierno; así os digo: a éste temed
6 ¿No se venden cinco pajarillos por dos blancas? Pues ni uno de ellos está olvidado de Dios
7 Y aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis pues; de más estima sois que muchos pajarillos
8 Y os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del hombre le confesará delante de los ángeles de Dios
9 mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios
10 Y todo aquel que dice palabra contra el Hijo del Hombre, hay perdón para él; mas al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado
11 Y cuando os trajeren a las sinagogas, y a los magistrados y potestades, no estéis solícitos cómo o qué hayáis de responder, o qué habréis de decir
12 porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que será necesario decir
13 Y le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia
14 Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me puso por juez o partidor sobre vosotros
15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee
16 Y les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había llevado muchos frutos
17 y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿qué haré, porque no tengo dónde juntar mis frutos
18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis alfolíes, y los edificaré mayores, y allí juntaré todos mis frutos y mis bienes
19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes almacenados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate
20 Y le dijo Dios: Necio, esta noche vuelven a pedir tu alma; y lo que has prevenido, ¿de quién será
21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico en Dios
22 Y dijo a sus discípulos: Por tanto os digo: No estéis afanosos de vuestra vida, qué comeréis; ni del cuerpo, qué vestiréis
23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido
24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen cillero, ni alfolí; y Dios los alimenta. ¿Cuánto de más estima sois vosotros que las aves
25 ¿Y quién de vosotros podrá con su afán añadir a su estatura un codo
26 Pues si no podéis aun lo que es menos, ¿para qué estaréis afanosos de lo demás
27 Considerad los lirios, cómo crecen; no labran, ni hilan; y os digo, que ni Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos
28 Y si así viste Dios a la hierba, que hoy está en el campo, y mañana es echada en el horno; ¿cuánto más a vosotros, los de poca fe
29 Vosotros, pues, no procuréis qué tengáis de comer, o qué tengáis de beber; ni andéis elevados
30 Porque todas estas cosas buscan los gentiles del mundo; que vuestro Padre sabe que necesitáis estas cosas
31 Mas procurad el Reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas
32 No temáis, manada pequeña; porque al Padre ha placido daros el Reino
33 Vended lo que poseéis, y dad limosna {lit. hacer actos de misericordia}; haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca falta; donde ladrón no llega, ni polilla corrompe
34 Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón
35 Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas
36 y vosotros semejantes a hombres que esperan cuando su señor ha de volver de las bodas; para que cuando viniere, y tocare, luego le abran
37 Bienaventurados aquellos siervos, a los cuales cuando el Señor viniere, hallare velando; de cierto os digo, que él se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y pasando les servirá
38 Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, y los hallare así, bienaventurados son los tales siervos
39 Pero esto sabed, que si supiera el padre de familia a qué hora había de venir el ladrón, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa
40 Vosotros pues también, estad apercibidos; porque a la hora que no pensáis, el Hijo del hombre vendrá
41 Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos
42 Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente, al cual el señor pondrá sobre su familia, para que a tiempo les dé su ración

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Lucas 12:2 Y nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse.

English Standard Version ESV

Luke 12:2 Nothing is covered up that will not be revealed, or hidden that will not be known.

King James Version KJV

New King James Version NKJV

Luke 12:2 For there is nothing covered that will not be revealed, nor hidden that will not be known.

Nueva Traducción Viviente NTV

Lucas 12:2 Llegará el tiempo en que todo lo que está encubierto será revelado y todo lo secreto se dará a conocer a todos.

Nueva Versión Internacional NVI

Lucas 12:2 No hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Lucas 12:2 Porque nada hay encubierto, que no haya de ser descubierto; ni oculto, que no haya de ser sabido.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Lucas 12:2 Porque nada hay encubierto, que no haya de ser descubierto; ni oculto, que no haya de ser sabido.

Herramientas de Estudio para Lucas 12:2-42