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Como habló a nuestros padres, a Abraham y a su simiente para siempre
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Y se quedó María con ella como tres meses; después se volvió a su casa
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Y a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, y dio a luz un hijo
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Y oyeron los vecinos y los parientes que Dios había hecho con ella grande misericordia, y se alegraron con ella
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Y aconteció, que al octavo día vinieron para circuncidar al niño; y le llamaban con el nombre de su padre, Zacarías
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Y respondiendo su madre, dijo: No; sino Juan será llamado
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Y le dijeron: ¿Por qué? Nadie hay en tu parentela que se llame con este nombre
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Y hablaron por señas a su padre, cómo le quería llamar
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Y demandando la tablilla, escribió, diciendo: Juan es su nombre. Y todos se maravillaron
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Y luego fue abierta su boca y su lengua, y habló bendiciendo a Dios
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Y hubo temor sobre todos los vecinos de ellos; y en todas las montañas de Judea fueron divulgadas todas estas cosas