18
Y dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer avanzada en días
19
Y respondiendo el ángel le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y soy enviado a hablarte, y a darte este evangelio
20
Y he aquí estarás mudo y no podrás hablar, hasta el día que esto sea hecho, por cuanto no creiste a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo
21
Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se maravillaban de que él se detuviera en el Templo
22
Y saliendo, no les podía hablar; y entendieron que había visto visión en el Templo; y él les hablaba por señas, y quedó mudo
23
Y fue, que cumplidos los días de su oficio, se vino a su casa
24
Y después de aquellos días concibió su mujer Elisabet, y se encubrió por cinco meses, diciendo
25
Porque el Señor me ha hecho así en los días en que miró para quitar mi afrenta entre los hombres
26
Y al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado de Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret
27
a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la Casa de David; y el nombre de la virgen era María
28
Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Gozo hallas, amada! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres
29
Mas ella, cuando le vio, se turbó de sus palabras, y pensaba qué salutación sería ésta
30
Entonces el ángel le dice: María, no temas, porque has hallado gracia cerca de Dios
31
Y he aquí, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús
32
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y le dará el Señor Dios el trono de David su padre
33
y reinará en la Casa de Jacob por siempre; y de su Reino no habrá fin
34
Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? Porque no conozco varón
35
Y respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá; por lo cual también lo Santo que de ti nacerá, será llamado Hijo de Dios
36
Y he aquí, Elisabet tu parienta, también ella ha concebido hijo en su vejez; y éste es el sexto mes para ella que era llamada la estéril
37
porque ninguna cosa es imposible para Dios
38
Entonces María dijo: He aquí la criada del Señor; cúmplase en mí conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia