22
Vino Felipe, y lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe, lo dicen a Jesús
23
Entonces Jesús les respondió, diciendo: La hora viene en que el Hijo del hombre ha de ser clarificado
24
De cierto, de cierto os digo, que si el grano que cae en la tierra, no muriere, él solo queda; mas si muriere, mucho fruto lleva
25
El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará
26
El que me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Al que me sirviere, mi Padre le honrará
27
Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? Padre, sálvame de esta hora; mas por esto he venido en esta hora
28
Padre, clarifica tu Nombre. Entonces vino una voz del cielo: Y lo he clarificado, y lo clarificaré otra vez
29
Y el pueblo que estaba presente, y la había oído, decía que había sido trueno. Otros decían: un ángel le ha hablado
30
Respondió Jesús, y dijo: No ha venido esta voz por mi causa, sino por causa de vosotros
31
Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera
32
Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos traeré a mí mismo
33
Y esto decía señalando de qué muerte había de morir
34
Le respondió el pueblo: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre, ¿cómo pues dices tú: Conviene que el Hijo del hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del hombre
35
Entonces Jesús les dice: Aún por un poco estará la Luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os tomen las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe dónde va
36
Entre tanto que tenéis la Luz, creed en la Luz, para que seáis hijos de la Luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue, y se escondió de ellos
37
Pero aun habiendo hecho delante de ellos tantas señales, no creían en él
38
Para que se cumpliera la palabra que dijo el profeta Isaías: ¿Señor, quién creerá a nuestro dicho? ¿Y el brazo del Señor, a quién es revelado
39
Por esto no podían creer, porque otra vez dijo Isaías
40
Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane
41
Estas cosas dijo Isaías cuando vio su gloria, y habló de él
42
Con todo eso, aun de los príncipes, muchos creyeron en él; mas por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser echados de la sinagoga