8
Y ellos respondieron a Josué: Nosotros somos tus siervos. Y Josué les dijo: ¿Quién sois vosotros y de dónde venís
9
Y ellos respondieron: Tus siervos han venido de muy lejanas tierras, por la fama del SEÑOR tu Dios; porque hemos oído su fama, y todas las cosas que hizo en Egipto
10
y todo lo que hizo a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán; a Sehón rey de Hesbón, y a Og rey de Basán, que estaban en Astarot
11
Por lo cual nuestros ancianos y todos los moradores de nuestra tierra nos dijeron: Tomad en vuestras manos provisión para el camino, e id al encuentro de ellos, y decidles: Nosotros somos vuestros siervos, y haced ahora con nosotros pacto
12
Este nuestro pan tomamos caliente de nuestras casas para el camino el día que salimos para venir a vosotros; y helo aquí ahora que está seco y mohoso
13
Estos cueros de vino también los llenamos nuevos; helos aquí ya rotos; también estos nuestros vestidos y nuestros zapatos están ya viejos a causa de lo muy largo del camino
14
Y los hombres de Israel tomaron de su provisión del camino, y no preguntaron a la boca del SEÑOR
15
Y Josué hizo paz con ellos, y trató con ellos alianza que les dejaría la vida; también los príncipes de la congregación les juraron
16
Pasados tres días después que hicieron con ellos el pacto, oyeron como eran sus vecinos, y que habitaban en medio de ellos
17
Y salieron los hijos de Israel, y al tercer día llegaron a sus ciudades; y sus ciudades eran Gabaón, Cafira, Beerot, y Quiriat-jearim
18
Y no los hirieron los hijos de Israel, por cuanto los príncipes de la congregación les habían jurado por el SEÑOR el Dios de Israel. Y toda la congregación murmuraba contra los príncipes