12
Próspero estaba, y me desmenuzó; me arrebató por la cerviz, y me despedazó, y me puso por blanco suyo
13
Me cercaron sus flecheros, partió mis riñones, y no perdonó; mi hiel derramó por tierra
14
Me quebrantó de quebranto sobre quebranto; corrió contra mí como un gigante
15
Yo cosí cilicio sobre mi piel, y cargué mi cabeza de polvo
16
Mi rostro está enlodado con lloro, y mis párpados entenebrecidos
17
a pesar de no haber injusticia en mis manos, y de haber sido limpia mi oración
18
¡Oh tierra! No cubras mi sangre, y no haya lugar donde se esconda mi clamor
19
Por cierto aun ahora en los cielos está mi testigo, y mi testimonio en las alturas
20
Mis disputadores son mis amigos; mas a Dios destilarán mis ojos
21
¡Deseo que pudiera disputar el hombre con Dios, como puede con su prójimo
22
Mas los años contados vendrán, y yo andaré el camino por donde no volveré